La Fe del Centurión Demuestra Autoridad

La fe del centurión

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El centurión es un personaje bíblico que se destaca por su fe. La fe del centurión se manifestó cuando rogaba por la vida de su esclavo.

El pasaje bíblico se encuentra en Mateo 8:5-13,

“Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión pidiendo ayuda. —Señor, mi siervo está postrado en casa con parálisis, y sufre terriblemente. —Iré a sanarlo —respondió Jesús. —Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una sola palabra, y mi siervo quedará sano. Porque yo mismo soy un hombre sujeto a órdenes superiores, y además tengo soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían: —Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe. Les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente, y participarán en el banquete con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero a los súbditos del reino se les echará afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes. Luego Jesús le dijo al centurión: —¡Ve! Todo se hará tal como creíste. Y en esa misma hora aquel siervo quedó sano.”

El centurión comprendía lo que es tener autoridad

Cuando el centurión supo que Jesús estaba en Capernaúm, se le acercó y le pidió a Jesús que dijera una palabra para que su esclavo, quien sufría terriblemente con parálisis, quedara sano. Jesús, le respondió “¡Ve! Todo se hará tal como creíste.”, y su esclavo quedo sano.

La fe del centurión en la palabra de Jesús fue lo que sanó a su esclavo. Jesús no tuvo que ir hasta la casa del centurión para sanar a su esclavo, simplemente con sus palabras fue sano.

El centurión sabía lo que es tener autoridad y que Jesús tenía la autoridad de decir una sola palabra para que su esclavo quedara sano y así fue.

Sin fe es imposible agradar a Dios, pero cuando una persona tiene fe, todo es posible.

Tenemos autoridad en el nombre de Jesús

Nuestras palabras tienen poder, y cuando decimos algo conforme a la voluntad de Dios con fe, podemos asegurarnos de que nuestras palabras tendrán un fruto bueno. Las Palabra de Dios es vida, y cuando la decimos en fe, tiene resultados extraordinarios.

Ya sea que estemos pidiendo por la sanación de una persona, o por un cambio en nuestra familia, cuando decimos la palabra de Dios, enviamos nuestra fe para imponer la voluntad de Dios en esa situación y ver la sanación o el cambio en nuestra familia manifestados.

Dios ha hecho de nosotros un reino, y nuestro trabajo es gobernar en la tierra, trayendo el Reino de Dios para que su voluntad sea hecha, “al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén.” (Apocalipsis 1:6)

Nuestra fe mueve montañas. Dios nos ha dado autoridad en la tierra para mover montañas y cualquier obstáculo que se nos presente, y para eso necesitamos tener la fe del centurión, quién creyó sin dudar.

Tengamos la fe del centurión

El centurión estaba convencido de la autoridad que Jesús tenía. Y así como el centurión, debemos estar convencidos de lo que Dios puede hacer en nuestras vidas a través de nosotros, quien tenemos autoridad sobre el enemigo.

Así como el centurión, hay que tener fe para que cuando digamos algo en fe, conforme a la voluntad de Dios, sea hecha, y así poder traer el Reino de los Cielos aquí en la tierra.

Espero que mi historia pueda inspirarte a vivir una vida apasionada y con propósito.
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