Avivar la Fe

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¿Alguna vez has dudado de tu fe en Dios? Tener dudas es común para la mayoría de los creyentes, pero es especialmente frecuente cuando atravesamos tiempos difíciles. A veces nos llegamos a preguntar si Dios está realmente presente o si acaso le importa nuestra situación. Por esta razón es importante avivar la fe día a día.

Saber que Dios nos ama y fe en Su Palabra es lo que nos permite seguir adelante con seguridad, paz, y amor. Si dejamos que alguna circunstancia nos haga dudar la integridad de Su Palabra, dejamos que emociones como ansiedad, enojo, envidia, tomen el control de nuestra vida. La fe es una decisión que tenemos que avivar todos los días para no ser guiados por nuestras emociones, sino por la Palabra de Dios.

Es importante avivar nuestra fe en todo momento, aun cuando todo parece estar bien. De esta manera estaremos preparados para cualquier batalla y saldremos victoriosos cuando situaciones difíciles llegaran a presentarse en nuestras vidas.

En este post encontrarás la importancia de avivar la fe y herramientas prácticas que te ayudarán a avivar tu fe.

Por qué avivar la fe

Avivar la fe es vital si queremos salir victoriosos de cualquier batalla. Las batallas vendrán a nuestras vidas, nos guste o no. Nadie está exento de problemas en este mundo.

Antes de que la tormenta se presente, necesitamos prepararnos espiritualmente. Cuando la tormenta golpea con sus fuertes olas y vientos furiosos, es demasiado tarde para prepararse. Ya no hay tiempo para construir nuestra fe porque estaremos completamente ocupados lidiando con la crisis del momento.

Cuando tiempos difíciles se presentan, ejercen una gran presión en nuestras vidas y amplifican lo que está en nuestro corazón. Ya sea que tu corazón esté lleno amor, paz y generosidad, o de rencor, celos y envidia; esto se verá reflejado en tiempos de crisis. ¿Qué es lo que quieres que salga de tu corazón? La decisión es tuya.

La diferencia de avivar la fe

¿Alguna vez te has preguntado qué diferencia hay entre quienes viven una vida llena de fe y quienes no? ¡GRAN DIFERENCIA! Quien se toma el tiempo de avivar su fe y prepararse con anticipación, verá las situaciones desafiantes como una oportunidad. Avanzará con confianza y certeza de que Dios está con ellos y llevará a cabo todo lo que es requerido victoriosamente. Mientras que el que no se prepara, verá las situaciones desafiantes como una maldición y será consumido por el miedo y guiado por todas las emociones y pensamientos negativos que trae el desafío.

El avivar tu fe en todo momento, te preparará para lo que está por venir, y aunque camines por el valle más oscuro, no temerás ningún mal, porque Dios está contigo (Salmo 34:4). Cuando todo parezca estar bien y estés en paz, invierte tu tiempo en oración sabiendo que la próxima tormenta llegará tarde o temprano porque no ignoramos los planes del diablo (2 Corintios 2:11) – el diablo trabaja en ciclos. Toma esto en cuenta, sin embargo, no dejes que el miedo sea lo te motive para tomar acción. Más bien, que las promesas de Dios te impulsen, motiven e inspiren a avivar tu fe. Si decides hacer esto, puedes estar seguro de que cuando el siguiente desafío llegue a tu vida estarás preparado y saldrás victorioso en Cristo Jesús.

Cómo avivar la fe

La manera más efectiva de avivar la fe es a través de la oración, meditando en las promesas de Dios y repitiendolas en voz alta.

Tener una rutina espiritual diaria es esencial para avivar la fe. Haz tiempo para Dios y verás tu tiempo multiplicado. Cuando dedicamos tiempo a la oración, uno de los beneficios es que nos hace más eficientes. Por ejemplo, lo que nos tomaría 1 día, nos podría tomar simplemente 1 hora, dándonos 23 horas extra con las cuales nos contábamos. Los beneficios de la oración son increíbles, no solo avivan tu fe, sino que te hacen más eficiente en tu vida diaria.

Si crees que no tienes tiempo, ¡haz tiempo! Por ejemplo, levántate 15 minutos más temprano, contrata a alguien que te ayude con los quehaceres del hogar o haz tu despensa en línea en vez de ir al supermercado. Verás cómo tu inversión de tiempo en oración dará frutos muy buenos en tu vida y estarás listo para pelear la buena batalla de la fe (1 Timoteo 6:12).

Medita en la Palabra de Dios

Medita en la Palabra de Dios, viéndote reflejado en ellas y pensando en cómo puedes ponerlas en práctica en tu propia vida.

Di la Palabra de Dios

Repite la Palabra de Dios en voz alta constantemente. La fe crece al escuchar, y escuchar la Palabra de Dios (Romanos 10:17).

Dale gracias a Dios

Reconoce a Dios por hacer de Sus Promesas una realidad en tu vida y dale gracias. Reconoce que es Él quien hace posible lo imposible.

Repite este ejercicio hasta que tu fe se haya avivado

Tu fe se aviva cuando se fortalece. Sabrás que tu fe está fortalecida cuando no haya duda en tu corazón de que has recibido lo Dios ha dicho en Su Palabra. Y cuando esto pase, estarás totalmente convencido de que esa Promesa es tuya, aún cuando no la puedas ver en lo físico, sabes en tu corazón que Dios lo ha hecho en tu vida. Poco después, verás esa Promesa manifestada en tu vida y la podrás ver ante tus propios ojos.

Escrituras Bíblicas para avivar tu fe

Si no sabes en dónde empezar, las siguientes escrituras te ayudarán a avivar tu fe cuando medites en ellas y las repitas en voz alta. ¡Tu fe crecerá exponencialmente!

Pelea la buena batalla de la fe; haz tuya la vida eterna, a la que fuiste llamado y por la cual hiciste aquella admirable declaración de fe delante de muchos testigos.

1 Timoteo 6:12

La fe es una batalla, no es fácil pero definitivamente vale la pena. La fe es lo que activa las promesas de Dios en tu vida.

Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.

Marcos 11:24

Cuando ores, ten la seguridad de que has recibido lo que estás pidiendo. La fe cree antes de ver.

Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Romanos 15:13

Otro de los beneficios de avivar la fe es el estar llenos de alegría y paz a pesar de nuestras circunstancias.

—¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible.

Marcos 9:23

Jesus puede sanarte, puede darte toda la sabiduría que necesitas, puede cumplir Sus promesas en tu vida. Nuestra tarea es avivar nuestra fe. Para el que tiene fe, todo es posible.

De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo vivirá por la fe».

Romanos 1:17

La fe debería de ser nuestro estilo de vida. Cada asunto que llevemos a cabo, debería ser a través de la fe.

Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes.

1 Corintios 16:13

No te desanimes, mantente alerta, permanece firme en la fe. Se valiente y fuerte ante cualquier circunstancia.

La fe se tiene que cultivar día a día. Deja que este ejercicio se convierta en tu estilo de vida. Nada ni nadie podrá derrumbar tu fe. Si Dios está contigo, ¿quién contra ti? (Romanos 8:31-39).

Espero que mi historia pueda inspirarte a vivir una vida apasionada y con propósito.
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